El cineasta romano Paolo Genovese asegura que "la madurez no existe" y, con este
eslogan y el reclamo de Raoul Bova, estrena el viernes en España
"Inmaduros", una comedia coral sobre lo que significa la crisis de los cuarenta
en pleno siglo XXI con la que ha arrasado en los cines de Italia.
"La madurez es una conquista continua y la inmadurez está presente en todas
las épocas del hombre, hasta los 80 años. No se puede llegar a ser maduro.
Cuando consigues superar una inmadurez, aparece siempre otra", explica Genovese
en una entrevista con un reducido grupo de medios de comunicación, entre ellos
Efe.
"Inmaduros" arranca con una curiosa premisa: los protagonistas tienen que
volver a hacer la selectividad porque el Ministerio
de Educación ha invalidado los resultados del examen que realizaron
hace 20 años. "Después de hacer la película, descubrí que es una pesadilla
compartida por muchísima gente", asegura el cineasta.
En Italia, el examen de acceso a la universidad se llama "esame di maturità"
(examen de madurez) y con el juego polisémico, Genovese equipara la adolescencia
a la crisis de los cuarenta en un mundo en el que la juventud se perpetúa y
envejecer "se ha llegado a convertir en un defecto", afirma.
"Hoy en día, la crisis de los cuarenta se ha acentuado. En la generación de
mis padres era una crisis porque ya te habías asentado en tu vida y no podías
cambiarla", explica el director, que cumple en agosto 46 años.
"Ahora sucede lo contrario, tienes el tiempo y la oportunidad de cambiar tu
vida, sigue estando todo por definir", añade quien ya ha rodado y estrenado en
Italia la secuela de este filme.
Raoul Bova, Luca Bizzarri, Barbora Bobulova, Ambra
Angiolini, Anita Caprioli y Paolo Kessisoglu son los compañeros de
promoción que revivirán las rencillas y los amores del instituto mientras
intentan abrirse a la paternidad unos, otros viven todavía en casa de sus padres
y los de más allá siguen teniendo miedo al compromiso.
"Cuando te reencuentras con tus amigos de adolescencia veinte años después,
aunque hayas crecido y evolucionado, te conviertes automáticamente en lo que
eras en aquel momento. A veces eso te hace volver a un rol insatisfactorio, pero
es necesario volver a él para poder luego seguir adelante", reflexiona Genovese,
que apuesta por abordar cuestiones dramáticas desde la ligereza.
¿Qué parte de la vida responde a la voluntad o responde a lo establecido?
¿Qué parte de la juventud conviene superar y qué parte mantener? ¿Cómo aceptar
el paso de los años? ¿Cómo seguir aspirando a cumplir los sueños sin
desconectarse de la realidad? Son algunas de las preguntas que el realizador
pregunta con un tono siempre cómico.
"En la segunda parte -en la que los protagonistas hacen el 'viaje de
estudios'-, hay una historia mucho más dramática, porque una de las
protagonistas tiene un tumor. Pero esa historia es la que más ha gustado y más
ha divertido a la gente", asegura Genovese, que fue doblemente nominado a los
premios David de Donatello del cine
italiano por el guión y la dirección de "Inmaduros".