La Repubblica-3 aprile
¿En estos días de confinamiento laboral ayuda este proyecto en el que tanto cree?
Sí. El inicio fue complicado. Me despierto por la mañana, esperando que solo sea una pesadilla, siento la necesidad de ayudar y no es tan fácil encontrar el modo y los contactos correctos para las donaciones, la gente necesita mascarillas, guantes, respiradores y no se encuentra. No puedo donar sangre porque me he sometido a diversas intervenciones quirúrgicas en mi pierna. La impotencia es tremenda, entonces logré hacer algunas cosas. Entre ellas, espero honrar a los voluntarios: escribir con mayor fuerza y sentimiento toda la historia de aquellas personas que han estado ayudando en estos momentos de dificultad, arriesgando la vida.
¿Cómo entretiene a sus hijas?
Los dos más grandes, viven en Monte Marcello, en el campo. Yo y Rocío tratamos de crear un ambiente un clima sereno para las niñas. Alma y Luna, de cuatro y uno y medio. La grande se da cuenta de la tensión del momento, de los fragmentos que dan en las noticias, de nuestras conversaciones, de que debe lavarse las manos muchas veces. Me he convertido en un maníaco de la limpieza, paso en cada esquina el vaporizador y desinfecto, las chicas se ríen.
Yo transformo la operación en un juego, escuchamos música, bailamos y cantamos, cocinamos paella. Para las niñas es la ocasión de tener a sus padres solo para ellas, cosas que no sucede a menudo. Rocío y yo tenemos un diario común de nuestra jornada, un libro en el salón donde anotamosnuestros pensamientos, ideas, incluso lo que hacemos.
¿Qué ha aprendido en este período?
Lidiar con los errores, repensar el estilo que he tenido hasta ahora y lo urgente que es acercarse a la parte espiritual de ti, el altruismo. Me sumergí en el pasado. Releí libros viejos, revisité viejas películas, he escuchado canciones con las que crecí.
Tendemos a acumular experiencias de vida y a no descifrar lo que estamos viviendo, ahora es el momento justo para catalogar la esperanza y el recuerdo positivo y negativo. Extraño a mi padre y a mi madre, que perdí recientemente. Rezo por que todos los que están en el cielo sean acogidos, para que los cuiden.
¿El momento fuerte de esta semana?
El Papa Francisco en una plaza desierta. Un momento muy alto que ha hecho que se me salten las lágrimas. Su fuerza y su obstinación me ha recordado al Papa Giovanni Paolo II
¿Cuándo acabe el confinamiento qué hará?
Una larga sesión de natación en el mar. Y luego comenzar de nuevo, el renacimiento nos toca a todos: periodistas, actores, escritores, directores.
Debemos proteger lo que tenemos para dejarselo a las generaciones futuras.
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