jueves, 28 de noviembre de 2024

(Scan) Raoul Bova “Io, un nuotatore nei lager di oggi”/Raoul Bova «Yo, nadador en el lager de hoy»

La Repubblica Roma
28/11/24


L'ho visto in scena 31 anni fa al Teatro Colosseo, Raoul Bova, alle prese col
primo dei quattro suoi spettacoli dal vivo, ed era il protagonista scottante di
“Animali a sangue freddo”, nei panni del disumano Piero Maso, omicida dei
genitori (un po’ come “Roberto Zucco” di Koltès). Qui conversiamo dell’odierna impresa scenica, toccante e di ben opposto segno, “Il nuotatore di Auschwitz”, testo e regia di Luca De Bei, ispirato alla storia dello sportivo francese ebreo Alfred Nakache e al libro “Uno psicologo nei lager” di Viktor E. Frankl, al Teatro Parioli (produttore con Enfi) fino all’8 dicembre.

A spingerla a questo etico impegno è stata la suapassione per l’acqua, o la biografia di un campione?

«Dialogando spesso con Luca De Bei, ho ricominciato asentir voglia di tornare alla ribalta. Volevo farlo con unacosa impegnativa, di stimolo per me e per il pubblico,scegliendo una situazione di sofferenza come ladetenzione in un campo di concentramento mentresiamo, in tempi attuali, afflitti da guerre, femminicidi ebullismi. Ho proposto di affrontare la memoria di uncampione che, ebreo, fu smedagliato e rinchiuso adAuschwitz. Puntando sul dramma dei piccoli lager chemetaforicamente ci portiamo addosso. Lui ha subitoscritto di getto, servendosi anche della testimonianzad’uno psichiatra altrettanto ebreo. Si salvarono entrambi.La scrittura mi coinvolge in tre ruoli: il nuotatore, lostudioso dei potenziali di sopravvivenza, e il narratore. Operazione realizzata con massima fiducia reciproca».

Con che implicazioni nelle tre parti, per lei?

«Alfred ha le modalità più istintive, la vitalità,l’entusiasmo, la voglia di farcela, e il sogno instancabile
del lottatore che accetta d’essere torturato dai nazisticapaci di buttargli monetine in un bacino idricominacciandolo di uccidere suoi compagni se luisott’acqua non se ne impossessa. Lo psichiatra è piùfreddo, dà i nomi alle emozioni, decifra le speranze,capisce chi potrà farcela. A contatto diretto col pubblico ho una forte concentrazione, entro bene nel meccanismo, m’avvantaggio dei silenzi, degli ascolti, dei ritmi, dell’efficacia della scrittura».

In un momento di tensioni nazionali e internazionali,
qual è stato il polso della platea nei rodaggi?

«Il testo è difficile ma io non l’affronto come una performance, con ansia di prestazione. Credo di saper
gestire e toccare con naturalezza le corde e le angosce che sono nell’anima di tutti. Ognuno fa riferimento a momenti duri, a violenze, a privazioni, e al conforto
costituito dagli amori, dalle famiglie, dagli amici. E avverto vera commozione».

In locandina per le musiche compare suo figlio
Francesco..

«Ha già qualche precedente, ha studiato a Berlino, si è subito capito con De Bei, ed è un orgoglio in palcoscenico la mia sintonia con le sue note».

E contribuiscono anche i video di Marco Renda..

«Sono immagini d’ambiente che offrono dettagli e pensieri carichi di sentimento».

Lo vi en escena hace 31 años en el Teatro Colosseo, Raoul Bova, lidiando con el
primero de sus cuatro espectáculos en vivo, y fue el abrasador protagonista de
«Animali a sangue freddo», como el inhumano Piero Maso, asesino de sus padres (un poco como Koltès). padres (un poco como el «Roberto Zucco» de Koltès). Aquí hablamos de la conmovedora y muy opuesta apuesta escénica de hoy, «Il nuotatore di Auschwitz», texto y dirección de Luca De Bei, inspirada en la historia del deportista judío francés Alfred Nakache y en el libro «Uno psicologo nei lager» de Viktor E. Frankl, en el Teatro Parioli (productor con Enfi) hasta el 8 de diciembre.


¿Fue su pasión por el agua, o la biografía de un campeón, lo que le impulsó a este compromiso ético?

«Hablando a menudo con Luca De Bei, empecé a sentir el impulso de volver al primer plano. Quería hacerlo con algo desafiante, algo que me estimulara a mí y al público, eligiendo una situación de sufrimiento como el encarcelamiento en un campo de concentración mientras que nosotros, en la época actual, estamos afligidos por las guerras, los feminicidios y el acoso escolar. Propuse abordar la memoria de un campeón que, como judío, fue descuartizado y encarcelado en Auschwitz. Se centró en el drama de los pequeños lagers que metafóricamente llevamos con nosotros. Inmediatamente escribió desde cero, recurriendo también al testimonio de un psiquiatra igualmente judío. Ambos se salvaron. La escritura me implica en tres papeles: el nadador, el investigador de potenciales de supervivencia y el narrador. Una operación realizada con la máxima confianza mutua».

¿Qué implicaciones tienen para usted las tres partes?

«Alfred tiene la manera más instintiva, la vitalidad, el entusiasmo, la voluntad de triunfar y el sueño incansable del luchador que acepta ser torturado por los nazis arrojando monedas de un céntimo a un embalse y amenazando con matar a sus compañeros si no se hace con ellas. El psiquiatra es más frío, nombra las emociones, descifra las esperanzas, comprende quién triunfará. En contacto directo con el público tengo una fuerte concentración, entro bien en el mecanismo, aprovecho los silencios, la escucha, los ritmos, la eficacia de la escritura».

En un momento de tensiones nacionales e internacionales,
¿cuál era el pulso del público en la puesta en escena?

«El texto es difícil, pero no lo afronto como una representación, con ansiedad interpretativa. Creo que sé cómo manejar y tocar con naturalidad las cuerdas y las angustias que están en el alma de cada uno. Todo el mundo se refiere a los tiempos difíciles, a la violencia, a las privaciones, y al consuelo
que proporcionan los amores, las familias, los amigos. Y siento verdadera emoción».

En el programa de mano de la obra aparece su hijo
Francesco.

«Ya tiene experiencia previa, estudió en Berlín, enseguida se entendió con De Bei, y es un orgullo en el escenario que yo esté en sintonía con sus notas».

Y los vídeos de Marco Renda también contribuyen...

«Son imágenes ambientales que ofrecen detalles y pensamientos llenos de sentimiento».