Una serata carica di emozione e memoria quella andata in scena sabato 5 aprile al Teatro Festival “A Mimì” di Ferrandina, in provincia di Matera, con l’atteso fuori programma “Il nuotatore di Auschwitz”. Sul palco, un intenso Raoul Bova ha interpretato Alfred Nakache, il nuotatore ebreo francese che riuscì a sfidare il buio della deportazione nazista e a ritornare alla vita e allo sport.
Lo spettacolo, diretto e adattato da Luca De Bei, ha ripercorso la straordinaria vicenda di Nakache, deportato nel campo di concentramento di Auschwitz con il numero 172763. Nonostante le condizioni disumane, continuò ad allenarsi nelle gelide acque del lager, spinto da una determinazione incrollabile. Liberato, tornò alle competizioni, conquistando nuovi record e prendendo parte alle Olimpiadi di Londra.
L’intensità della narrazione si è nutrita anche dei riferimenti al libro “Uno psicologo nei lager” di Viktor E. Frankl, che ha ispirato parte del testo teatrale. Un tributo, dunque, non solo alla forza fisica e morale di Nakache, ma anche al pensiero profondo di Frankl, che ha saputo trovare un senso alla vita anche dentro l’inferno dei campi di sterminio.
Il pubblico, presente numeroso al Teatro, ha seguito con silenzio e commozione ogni passaggio della rappresentazione. Il messaggio che ne è emerso è chiaro e potente: anche nel dolore più estremo è possibile ritrovare uno scopo e una ragione per continuare a vivere.
L’appuntamento, fuori programma del Festival, ha confermato la forza della memoria e del teatro come strumenti di riflessione collettiva, capaci di unire storia, arte e impegno civile.
Una velada llena de emoción y memoria fue la que se escenificó el sábado 5 de abril en el Teatro Festival «A Mimì» de Ferrandina, en la provincia de Matera, con la esperada fuera de programa «El nadador de Auschwitz». Sobre el escenario, un intenso Raoul Bova interpretó a Alfred Nakache, el nadador judío francés que consiguió desafiar la oscuridad de la deportación nazi y volver a la vida y al deporte.
El espectáculo, dirigido y adaptado por Luca De Bei, relataba la extraordinaria historia de Nakache, deportado al campo de concentración de Auschwitz con el número 172763. A pesar de las condiciones inhumanas, siguió entrenándose en las gélidas aguas del lager, impulsado por una determinación inquebrantable. Liberado, volvió a la competición, batió nuevos récords y participó en los Juegos Olímpicos de Londres.
La intensidad de la narración se nutrió también de referencias al libro «Un psicólogo en el lager», de Viktor E. Frankl, que inspiró parte de la obra. Un homenaje, por tanto, no sólo a la fortaleza física y moral de Nakache, sino también al profundo pensamiento de Frankl, que fue capaz de encontrar sentido a la vida incluso dentro del infierno de los campos de exterminio.
El público, presente en gran número en el teatro, siguió cada pasaje de la representación con silencio y emoción. El mensaje que surgió fue claro y contundente: incluso en el dolor más extremo es posible encontrar un propósito y una razón para seguir viviendo.
El acto, fuera del programa del Festival, confirmó el poder de la memoria y del teatro como instrumentos de reflexión colectiva, capaces de unir historia, arte y compromiso civil.